Introducción

En febrero de 1519, el capitán Hernán Cortés, comandando una expedicion integrada por 508 soldados y 100 marineros, a bordo de 11 embarcaciones, partio de la isla de cuba con la intencion de emprender la conquista de importantes territorios de la America Continental. El 13 de agosto de 1521, tras una cruenta batalla, la gran Tenochtitlan cayo en manos de los conquistadores. la victoria obtenida por Cortes constituyo en origen del virreinato de la nueva españa y del imperio español en América.

Integrantes

Arista Méndez Cristian Ernesto Rafael
Pardiñas Ramírez María Fernanda
Cruz Segura Moises
Aguilar Hernández José
Tenorio Macías Edeer
Buendia Sosa Edwin
Ortega Espejel Francisco
Muciño Garduño Alvaro Omar

Grupo: 564

El México prehispánico al momento de la conquista. Los presagios funestos


Las fechas que abarcan este periodo van de 900/1000 a 1521. La principal característica del Posclásico fue el militarismo. En este periodo hubo gran movilidad de población del Norte, inestabilidad política, difusión de elementos culturales y procesos de expansión de poder. El Centro de México es el escenario principal de este periodo.

El Posclásico está marcado por las migraciones de grupos provenientes del Norte, agricultores o cazadores-recolectores, llamados genéricamente chichimecas. Estos nómadas y sedentarios llegaron al Centro de México, donde asimilaron formas de vida más complejas a las de ellos y se incorporaron a la vida política. En algunos casos llegaron a tomar el poder, gracias a su capacidad militar.
La reestructuración política del Posclásico implicó que los centros de poder no sólo tenían un dominio económico regional a través del control comercial sino también buscaban un sometimiento que consiguiera poner bajo su mando a pueblos en condición de tributarios. Esto provocó un clima generalizado de rivalidades, resistencias y agresiones. El militarismo implicó que hubiera guerreros profesionales, que la casta militar tuviera gran poder social y político y que aumentaran considerablemente los sacrificios humanos para dar un sentido sagrado a las campañas de conquista y expansionismo.
La necesidad de protección propició que los centros de poder se construyeran en sitios protegidos, como islas (México-Tenochtitlan y México-Tlatelolco), en acantilados (Tulum) y en barrancos, laderas empinadas y dentro de murallas. En el centro de México, las expresiones artísticas y culturales también se vieron afectadas por el clima bélico, volviéndose más severas y marciales. Proliferaron las imágenes de sacrificios humanos y en muchos templos se añadieron esculturas de militares armados. Los símbolos de la ideología militarista fueron difundidos primero por los toltecas y sus seguidores, y después por los mexicas.



Este es el periodo del pasado mesoamericano que más se conoce debido a la cantidad de fuentes documentales -en náhuatl, español y latín- que describen la vida durante esta etapa. Especialmente se tiene noticia de las creencias, costumbres, tradiciones, literatura, etc. de los mexicas y sus vecinos, como texcocanos y tlaxcaltecas.
El Posclásico del Centro de México se divide en tres etapas:
1) la tolteca, que va de la ocupación de Tula Grande hasta su decadencia (900-1150)
2) la chichimeca, que se inicia a fines del siglo XII con la llegada de gente del Norte
3) la mexica, desde la formación de la Triple Alianza, en la primera mitad del siglo XV, hasta 1521, cuando los españoles derrotaron Tenochtitlán.




Características de otras zonas en el Posclásico:
Oaxaca - conflictos bélicos en el Valle de Oaxaca. Fragmentación y lucha de los señoríos mixtecos. Los mixtecos dominaron el trabajo del oro.
Occidente - importancia de la metalurgia, hubo prosperidad económica. A partir del siglo XV se forma y consolida el poder tarasco.
Área del Golfo - recibió sociedades que provenían del Centro de México. Se abandonó El Tajín en el siglo XIII, dejando un vacío de poder. Surgieron nuevos centros de prosperidad, como Cempoala.
Sureste - militarismo que aglutinó a distintos pueblos de cada región. Chichén Itzá concentró el poder hasta mediados del siglo XIII, cuando fue derrotado por Mayapán. Vino después un periodo de fragmentación política. En las tierras altas hubo un ascenso político y militar de quichés, cakchiqueles y rabinales.









Los presagios de la Conquista


Antes de la llegada de los españoles a Tenochtitlán, los antiguos mexicanos y Moctezuma Xocoyótzin vieron las señales de ocho (o doce según varias fuentes) acontecimientos funestos que, según los sacerdotes, significaban la ruina, muerte y destrucción para el glorioso imperio azteca, la mayoría de esas señales se manifestaron en los cielos y se cumplieron totalmente.


1. De las señales y pronósticos que aparecieron antes que los españoles vinieran a esta tierra, ni hubiese noticias de ellos.
2. Diez años antes que llegasen los españoles a esta tierra, y según otros once o doce años, apareció un gran cometa en el cielo, en la parte de oriente, que parecía como una gran llama de fuego muy resplandeciente y que echaba de sí centellas de fuego; este cometa era de forma piramidal, ancho de abajo e íbase aguzando hacia arriba hasta acabarse en una punta; aparecía en medio del oriente, comenzaba a aparecer un poco después de la media noche y llegaba hasta la mañana; la luz del sol lo encubría, de manera que saliendo el sol no parecía más.
3. Según algunos, viose un año entero, y según otros cuatro años arreo. Cuando aparecía de noche esta cometa todos los indios daban grandísimos alaridos y se espantaban, esperando que algún mal había de venir.
4. Otro mal agüero aconteció aquí, en México, que el cu de Huitzilopochtli se encendió sin haber razón alguna humana para ello. Parece que milagrosamente se incendió y salían las llamas de dentro de los maderos hacia fuera, y de presto se quemó; dieron voces los sátrapas para que trajesen agua para matarlo, y cuanta más agua echaban tanto más ardía; del todo se quemó


5. El tercer mal agüero aconteció que cayó un rayo casi sin propósito y sin tronido, sobre el cu de dios llamado Xiuhtecutli; este cu tenía un chapitel de paja y sobre él cayó el rayo y le incendió y se quemó. Tuviéronlo por milagro, porque no hubo tronido, bien que llovía un poco menudo.
6. El cuarto agüero fue que de día, estando el sol muy claro, vino de hacia el oxiden te de México un cometa que corrió hacia el oriente, e iba echando de sí como brasas o grandes centellas; llevaba una cola muy larga, y luego toda la gente comenzó a dar alaridos, juntamente, que parecía cosa de espanto, y por tal lo tuvieron.
7. El quinto fue que la laguna de México, sin hacer viento ninguno, se levantó, parecía que hervía y saltaba en alto el agua e hízose gran tempestad en la laguna, y las olas batieron en las casas que estaban cerca y derrocaron muchas de ellas; tuviéronlo por milagro porque ningún viento corría.
8. El sexto agüero fue que en aquellos días oyeron voces en el aire, como de una mujer que andaba llorando, y decía de esta manera: ¡Oh hijos míos! Ya estamos a punto de perdernos. Otras veces decía: ¡Oh hijos míos!, ¿a dónde os llevaré?.
9. El séptimo agüero fue que los pescadores o cazadores del agua tomaron en sus redes un ave del tamaño y color de un águila, la cual tenía en medio de la cabeza un espejo. Ésta fue cosa nunca hasta entonces vista, y así lo tuvieron por milagro, y luego la llevaron a Moteccuzoma, que estaba en el palacio en una sala que se llama tlillancalmécac; esto era después de medio día.
10. Y Moteccuzoma miró al ave, y miró al espejo que tenía en la cabeza, el cual era redondo y muy pulido, y mirando en él vio las estrellas del cielo, los mastelejos que ellos llaman mamalhuaztli;
11. y Moteccuzoma espantóse de esto y apartó la vista, haciendo semblante de espantado, y tornando a mirar el espejo que estaba en la cabeza del ave, vio en él a gente de a caballo, que venían todos juntos, en gran tropel y todos armados; y viendo esto se espantó más, y luego envió a llamar a los adivinos y astrólogos y al los sabios en cosas de agüeros, y preguntólos: ¿qué es esto que aquí me ha aparecido? ¿Qué quiere decir? Y estando así todos espantados desapareció el ave, y todos quedaron espantados, y no supieron decir nada.
12. El octavo agüero fue que aparecieron en muchos lugares hombres con dos cabezas; tenían no más de un cuerpo, y dos cabezas: llevábanlos a que los viese Moteccuzoma en su palacio, y en viéndolos luego desaparecían sin decir nada.